Santiago Psicoanalítico

Clínica y política de orientación lacaniana

martes, 29 de noviembre de 2011

Red de Atención Psicoanalítica

El Centro de Estudios e Investigación en Psicoanálisis Lacaniano de Santiago de Chile (CEIP), a través de su Red de Atención Psicoanalítica (RAP), ofrece un espacio clínico de consulta y tratamiento para niños, adolescentes y adultos, viable desde el punto de vista económico.
La Red de Atención Psicoanalítica (RAP) funciona como un lugar de consulta y derivación, para lo cual cuenta con un equipo de profesionales cuyas oficinas se encuentran ubicadas en diferentes zonas de la Región Metropolitana.
Equipo Profesional
Coordinadora:  Silvia Macri
Teléfonos:  02-8913279

Equipo Clínico
Carolina Vignoli 9-843-31965
Diana Schachner
Francisco Pisani 9-844-9302
Juan Pablo Bustamante
Karla Mendez
Leyla Ramirez
Lorena Mazanet
Marianne Bruning
Martha Ileana Idrovo
Paulina Salinas

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domingo, 27 de noviembre de 2011

Good Bye Lenin



Good Bye Lennin (Comentario Reducido)
Esta película nos introduce a algunos aspectos de la estructura de la realidad:
1) El efecto que eso tiene en una subjetividad, una historia individual de la época, el encuentro con los objetos de consumo, el objeto de amor y su goce marcado por Piernas desnudas.
2) La realidad como estructura de ficción. Hecha de palabras, especialmente de las palabras de la niñez del protagonista, realidad de su fantasma.
La película comienza con un dolor familiar, un padre que abandona a su familia por una mujer en occidente, esto produce un shock en la madre, ella enmudece bastante tiempo, va internada a un hospital, y cuando regresa cambia un matrimonio por otro, se casa con la patria. Él capta en ese desplazamieto la sublimación de la energía sexual de su madre.
Más adelante, cuando él ya es un joven llegan los tiempos de rebeldía en contra del régimen,  ella una fanática de la Patria Socialista y su hijo luchando por la libertad. En octubre de 1989 comienzan las marchas sociales por la libertad.  El hijo va a esas marchas y es detenido por la policía ante la mirada de la madre, quien se  desmaya en ese momento y entra en coma.
Durante su internación ocurren los acontecimientos sociales más importantes de Alemania con la caída del muro de Berlín y la reunificación nacional. Esto tiene un efecto sobre los cuerpos de los habitantes, sobre su goce. El cuerpo se empieza a destapar, las mujeres comienzan a usar ropas más ligeras y a mostrar sus piernas. Él se siente en una revolución hormonal y no puede creer que ese goce no despierte a su madre. Reencuentra a la enfermera Lara y la corteja.
El objeto voz es un objeto de intercambio fundamental entre madre e hijo, tanto en esta internación por el infarto, como en la que tuvo por la tristeza de la ida del padre, el hijo le habla. Tanto así queda recortado el objeto voz, que él le deja una grabación aún en su ausencia física con la posibilidad que le otorga un gadget de la época.
El mundo de los objetos se acelera. El mundo del trabajo se modifica, de lo artesanal a lo seriado,  pasa de trabajar arreglando televisores antiguos a  ser un junior de ventas de los nuevos televisores con antena satelital, mientras su hermana es cajera de Burger King y toma Coca Cola.
De repente, la madre despierta. La culpa del hijo, lo lleva a tomar las palabras del Doctor al pie de la letra  “Mantenerla alejada de cualquier exaltación”, algo difícil de sostener cuando ha caído el muro de Berlín y Alemania se había reunificado. Piensa que en el hospital, con el contacto con otras personas se enteraría de las noticias, decide llevarla a la casa e inventar una pequeña Alemania socialista para su madre.
Entonces el inventa una ficción, vuelve a decorar la casa con las cosas que habían desechado, se toma el trabajo de conseguir los comestibles que a ella le gustaban, y si no los encuentra se dedica a pasar alimentos de modernas latas a antiguos frascos, cambia etiquetas, busca los objetos por toda la ciudad, en los tachos de basura, que es donde fue a parar su vieja Alemania Socialista.
Se viene el cumpleaños de la madre, hay que festejarlo como si nada hubiera pasado, él comienza a reclutar gente del pasado de su madre, soborna a los niños cantores, busca sus viejos amigos, y hasta a un profesor viejo compañero de trabajo.
En el cumpleaños algo irrumpe, en pleno festejo socialista, por la ventana, justo a la vista de la enferma se despliega un cartel de Coca Cola y ella se perturba por esa aparición, un objeto extraño a su mundo socialista. Es ahí donde el protagonista se dice algo sensacional “la verdad es algo incierto, podría adaptarla a la percepción de mamá”. Ahora hará películas para su madre.
La mentira de la Madre. El día que por fin regresan de visita a la antigua cabaña familiar, ella tiene algo que confesarles, el mito del abandono paterno era su propia ficción, el padre nunca se fue con otra a occidente, sino que fue ella la que por miedo no lo pudo seguir tal como lo habían planeado ambos. Ante su propia falta en cumplir su palabra, se inventa el abandono y como enemigo a la mujer de occidente. Ella se cree su ficción y para sellar su pacto de silencio se casa con el socialismo. Luego de decir esa verdad la madre se descompensa y es nuevamente internada por su sensible corazón.
Visita a su padre, le pide que visite a su madre moribunda, pero que mantenga la ficción, que invente algo. No le importa nada más de su padre.
Otra vez la buena histérica, embajadora de la verdad, finalmente cumple su cometido y le dice a su suegra que el muro de Berlín ha caído, que occidente ha triunfado y que eso no era malo. No solo le dice una verdad sino que también le da una orientación “eso no es malo”. Ahora ella lo sabe, pero ella es quien no quiere romperle el corazón a su hijo y le sigue el juego con sus programas televisivos. De esta manera queda claro para quien estaba montada esta ficción, no era para ella.
Cuando la madre muere, sin él saber que ella sabía, se dice a sí mismo “mantuvimos todo igual, el país en que ella creyó, un país que nunca existió, un país que en mi recuerdo siempre estará ligado a mi madre.”
El protagonista nos muestra como la verdad tiene estructura de ficción, está hecha de las palabras y las interpretaciones del fantasma del sujeto, de lo que él creyó ser el deseo del Otro, y también nos muestra de la necesaria función del velo que cubre el horror de un sujeto cuando todo en su mundo tambalea.


Carolina Vignoli



viernes, 25 de noviembre de 2011

Grupo de Lectura sobre Toxicomanías y Alcoholismo

Grupo de lectura e investigación permanente sobre la clínica de las toxicomanías y el alcoholismo.

Moviemiento orientado a formar parte del Departamento de Toxicomanías y alcoholismo perteneciente al ICBA (Instituto clínico de Buenos Aires, asociado al Instituto del Campo Freudiano)

Nos reunimos todos los jueves a las 18,30 en la comuna de Providencia, Santiago de Chile. Es de entrada libre y gratuita.
Para formar parte del grupo comunicarse con:

Carolina Vignoli:
carolinavignoli@hotmail.com
Cel: 843-31965

Francisco Pisani:
psfranciscopisani@gmail.com
Cel: 844-93022

lunes, 21 de noviembre de 2011

El imperativo bio-médico.

Medicinas para los sanos
Las farmacéuticas exageran sobre afecciones comunes para captar a más clientes
Dos ejemplos: el debilitamiento de los huesos y la disfunción sexual femenina
Henry Gadsden, ex director de la compañía farmacéutica Merck, dijo hace 30 años que su sueño era producir medicamentos para las personas sanas y así vender a todo el mundo. Con este concepto como principio fundamental, la industria intenta expandir los límites de las enfermedades, ampliando los parámetros del riesgo, publicitándolas e incluso rebautizando afecciones comunes con sonoros nombres.
Así lo explica Joan-Ramón Laporte, catedrático de farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona: “Ahora las principales amenazas para la salud son el colesterol (cualquier cifra de colesterol), la osteoporosis de la mujer, la tristeza, la soledad, la timidez (rebautizada para la ocasión como fobia social), el luto, el complejo de Edipo, el niño inquieto, más recientemente el adulto revoltoso, la impotencia masculina, la calvicie, y en general cualquier causa de malestar” (1).
La revista médica British Medical Journal dedica una edición especial, llamada “En busca de las no-enfermedades”, a describir la tendencia creciente a clasificar como enfermedades los problemas humanos (2). El concepto de disease mongering (promoción ó patrocinio de enfermedades) fue acuñado en este sentido por Lynn Payer como el proceso de “tratar de convencer a gente sana de que está enferma, y a gente levemente enferma, de que está muy enferma”.
El fenómeno de disease mongering ha ido cobrando protagonismo en los últimos años y son cada vez más frecuentes las advertencias a profesionales y pacientes de los efectos de las campañas de la industria. En el año 2006 se celebró el primer congreso monográfico sobre el tema en Newcastle (Australia) que concluyó con la publicación de un número especial de la prestigiosa revista PLOS Medicine en el que se exponían las principales conclusiones del encuentro (3). Los firmantes instaban a los políticos a promover definiciones claras de enfermedad sin ningún tipo de influencia de la industria a la vez que reconocían el papel fundamental de los periodistas en la transmisión de una información médica veraz e independiente.
Otro ejemplo es el de la osteopenia, una fase previa a la osteoporosis por baja mineralización de los huesos. Desde hace años existe una intensa campaña mediática de concienciación al respecto y cada vez más mujeres se tratan preventivamente. Sin embargo, existen dudas de la eficiencia de esos fármacos, inicialmente aprobados para la osteoporosis, en el tratamiento de la mucho más común osteopenia. El médico Pablo Alonso expone que este es un caso donde se sobrevalora “el riesgo de estar en riesgo” mientras que los efectos secundarios de los fármacos pasan a un segundo plano (4). Hasta la propia definición de la enfermedad está sometida a controversia, algo muy común en los casos de promoción de enfermedades, ya que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se proporcionan unos datos para identificar la osteopenia que desde la propia organización se consideran “algo arbitrarios”. En Madrid, la Consejería de Sanidad exigió en 2007 a Lilly y Procter & Gamble que suavizaran la promoción de sus fármacos contra la osteoporosis (Evista y Actonel).

Un caso paradigmático: la disfunción sexual femenina

En 1998 la salida al mercado del conocido Viagra supuso una revolución en el sector farmacológico; 17 millones de hombres fueron recetados dicho medicamento y el volumen de ventas tan sólo en 2001 superaba los 1500 millones de dólares. En este contexto no fueron pocos los que se preguntaron cómo se podría obtener un fármaco similar para la otra mitad de la población. A pesar de las dificultades para definir sus síntomas (no hay equivalente femenino de la falta de erección), en 1998 se celebró la primera conferencia internacional, financiada por 8 compañías farmacéuticas, en la que se estableció un consenso clínico sobre una nueva patología: la disfunción sexual femenina. Dieciocho de los 19 autores firmantes tenía lazos económicos con la industria.
Un año más tarde, en un artículo publicado en la revista JAMA se definió la prevalencia de la enfermedad a través de una encuesta a mil quinientas mujeres americanas. El diseño de la encuesta, ampliamente críticado por sus sesgo, permitió identificar como enferma a cualquier mujer que hubiera manifestado falta de apetito sexual en los últimos dos meses, independientemente de su situación personal. El resultado fue que un 43% de la población femenina sufría de disfunción sexual (5).
Aquel era un mercado suculento. En los siguientes 2 años las conferencias internacionales y reuniones de expertos en la materia se sucedían, al tiempo que crecía el interés de la industria: 20 compañías financiaron el último encuentro en 2001. Y de forma paralela, ingentes esfuerzos se dedicaban al desarrollo de un fármaco. Sin embargo, en estos años parte del sector sanitario y académico comenzó a mostrarse crítico y preocupado por la influencia de la industria en la definición de nuevas patologías. La creciente concienciación por el fenómeno culminó en 2004 cuando la agencia reguladora del medicamento en EEUU impidió la comercialización del primer tratamiento para la disfunción sexual femenina, unos parches de testosterona de los laboratorios Procter & Gamble. En la presentación de unos ensayos clínicos dudosos, los beneficios del tratamiento se sobredimensionaban al tiempo que unos efectos secundarios nada desdeñables (cáncer de pecho, enfermedad cardiaca) eran tratados como riesgos asumibles.
A día de hoy, la disfunción sexual femenina sigue sin tener una definición convincente. Sin embargo, al contrario de lo que se podría pensar después del revuelo que causó el primer intento de tratamiento, la industria no se ha dado por vencida. En este sentido se acaba de publicar un libro sobre las vueltas de las farmacéuticas en su intento por conseguir un tratamiento para esta supuesta enfermedad. El último ejemplo se dio en  junio de este año cuando un comité de expertos externos consultados por la agencia americana del medicamento (FDA) desaprobó la comercialización de flibanserina, la última versión de lo que se ha comenzado a denominar “viagra rosa”. Como suele suceder, el desarrollo del fármaco fue acompañado de una campaña de concienciación sobre el problema antes de su lanzamiento.
La sección de salud del diario inglés Daily Mail, particularmente notoria por su falta de credibilidad (hay una web, kill or cure?, que recopila de forma cómica las incongruencias de sus noticias sobre productos que a la vez curan y causan cáncer), promociona el viagra rosa en un artículo reciente. Presenta el problema de la disfunción sexual femenina como uno de los retos de la industria cuya solución “haría sentirse realizadas a miles de mujeres que sufren de frustración sexual”. A falta de tratamiento específico, se sugiere de forma poco prudente que el Viagra masculino también puede ser efectivo en mujeres. La noticia está además adornada con testimonios de actrices famosas (como la popular Samantha de Sexo en Nueva York) alabando los efectos del Viagra.
Para completar el proceso de sensibilización también encontramos una serie de cuatro documentales en Discovery Channel llamados “Entendiendo el deseo sexual femenino” que han sido promocionados por Boehringer Ingelheim, la misma compañía que desarrolla el tratamiento. En el otro lado de la balanza está la “New view campaign”, un movimiento que bajo el lema “¿sexo por nuestro placer o por su beneficio?” pretende acabar con la idea interesada y simplista de que los problemas sexuales son puramente médicos y se pueden acabar con mágicas curas. Otra iniciativa más para llamar la atención de una situación que se prolonga en el tiempo.
Ray Moynihan, periodista e impulsor del movimiento contra la promoción de enfermedades, resume el objeto de la necesaria concienciación sobre el fenómeno: “El público tiene derecho a conocer la controversia que rodea la definición de enfermedad y el curso natural relativamente benigno de muchas condiciones. Es necesario un programa público e independiente de des-medicalización basado, no en intereses de accionistas ni en arrogancia profesional, sino en la dignidad humana” (6).
Referencias:
1. Laporte, R. 2005. Prólogo para el libro de Jorg Blech “Los inventores de enfermedades”. http://www.osalde.org/drupal-5.1/files/boletines/opiniones/OPiniones_11-05.pdf
2. British Medical Journal. 2002; 324 : 883. http://www.bmj.com/cgi/content/extract/324/7342/883
3. PLOS Medicine Disease Mongering Collection. 2006. http://www.ploscollections.org/article/browseIssue.action?issue=info:doi/10.1371/issue.pcol.v07.i02
4. Alonso-Coello, P. 2008. Drugs for pre-osteoporosis: prevention or disease mongering. BMJ; 336 : 126 http://www.bmj.com/content/336/7636/126.extract
5. Laumann,  EO et al. 1999. Sexual Dysfunction in the United States. JAMA 281:537-544 http://jama.ama-assn.org/cgi/content/abstract/281/6/537
6. Moynihan, R. 2002. Selling sickness: the pharmaceutical industry and disease mongering. BMJ. 324: 886–891 http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1122833/?tool=pubmed

domingo, 20 de noviembre de 2011

Psicoanálisis y Toxicomanías.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Ciclo de Cine y Psicoanálisis

jueves, 10 de noviembre de 2011

Salud Mental y desigualdad social: materiales para una discusión

Ps. Francisco Pisani

“Sois el producto de una época. No. Echarle la culpa a la época es demasiado fácil. Sois productos. Y punto. Ya que a la globalización no le interesaban las personas, teníais que convertiros en productos para que la sociedad se interesase por vosotros. El capitalismo convierte a las personas en yogures con fecha de caducidad, drogadas a base de espectáculo.”
-13,99 Euros. Frédéric Beidberger.

Resumen
Se propone una revisión crítica del concepto de Salud Mental dado por la OMS, situando sus alcances referidos a las políticas públicas, el poder y la clínica. El psicoanálisis aporta elementos para realizar una discusión que articula subjetividad y época, cuya clínica, pone en tensión los conceptos de bienestar e igualdad, en favor, de una ética de la diferencia, que se fundamenta en lo singular de cada sujeto. Se contextualiza lo contemporáneo proponiendo un análisis del hiper-capitalismo y sus efectos en las relaciones sociales, en la dimensión subjetiva y en la práctica clínica. El consumo en sus diversas manifestaciones, el empuje al bienestar, se traducen paradójicamente en nuevas formas de malestar, pesquisables en los nuevos sufrimientos como las adicciones, las compras compulsivas las últimas tecnologías como promesa de felicidad.

Sobre las condiciones de enunciación
El presente texto nace en el contexto de la movilización estudiantil, iniciada en el primer semestre 2011, cuando el Magister de Psicología Clínica, estando en asamblea, decide ir a Paro para organizar actividades relacionadas con la contingencia nacional. Una de las actividades que surgieron, entre otras, fue la mesa de trabajo “Salud Mental y desigualdad social”, cuyo resultado fueron varios escritos y un foro debate.
Las demandas en las movilizaciones estudiantiles se fundamentan en un problema estructural, que se manifiesta en el lucro y la calidad de la educación. La precarización de la función del Estado como garante de los derechos de los ciudadanos y ciudadnas, es evidente ante el empuje del mercado. Estas condiciones de época, nos hicieron pregunta, en tanto, el territorio educativo es quien con mayor fuerza ha y sigue denunciando el desastre de la supuesta autoregulación del capital. En ese sentido la fuerza admirable que ha tenido este movimiento, no implica necesariamente que en otros campos no existan efectos igualmente desastrosos. La salud mental como campo en que se juega el cruce de la subjetividad y la época, se contextualiza para este trabajo, a partir de la lógica del capitalismo tardío es lo que interroga y causa el presente texto.
En este punto quisiera seguir el consejo de Freud, sobre la literatura y los escritores como aquellos que nos enseñan en sus creaciones a lo que la ciencia no llega. Propongo un varios fragmentos de la novela de Frédéric Beidberger “13,99 Euros”, como un testimonio ficcional de la articulación entre subjetividad y época. Para el psicoanálisis la relación entre verdad y ficción se encuentran firmemente entrelazadas, y nos permite dar cuenta del drama subjetivo. Se trata de Octave, un publicista, que está en lo más alto del mundo de la publicidad francesa, sueldo millonario, acceso a todos los bienes de consumo, para él nada es imposible, salvo que es profundamente cínico, y que lleva una vida que no desea. Al comienzo de la novela nos advierte que escribe para ser despedido del trabajo en que es tan exitoso, y así recibir una indemnización. Un extracto de la novela:
“Me llamo Octave ... Soy publicista: eso es, contamino el universo. Soy el tío que os vende mierda. Que os hace soñar con esas cosas que nunca tendréis. Cielo eternamente azul, tías que nunca son feas, una felicidad perfecta, retocada con el PhotoShop. Imágenes relamidas, músicas pegadizas. Cuando, a fuerza de ahorrar, logréis comprar el coche de vuestros sueños, el que lancé en mi última campaña, yo ya habré conseguido que esté pasado de moda. Os llevo tres temporadas de ventaja, y siempre me las apaño para que os sintáis frustrados. El Glamour es el país al que nunca se consigue llegar. Os drogo con novedad, y la ventaja de lo nuevo es que nunca lo es durante mucho tiempo. Siempre hay una nueva novedad para lograr que la anterior envejezca. Hacer que se os caiga la baba, ése es mi sacerdocio. En mi profesión, nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume.
Vuestro sufrimiento estimula el comercio. En nuestra jerga, lo hemos bautizado «la depresión poscompra». Necesitáis urgentemente un producto pero, inmediatamente después de haberlo adquirido, necesitáis otro. El hedonismo no es una forma de humanismo: es un simple flujo de caja. ¿Su lema? «Gasto, luego existo. » Para crear necesidades, sin embargo, resulta imprescindible fomentar la envidia, el dolor, la insaciabilidad: éstas son nuestras armas. Y vosotros sois mi blanco.
Interrumpo las películas que estáis viendo en televisión para imponeros mis marcas. Os machaco con mis eslóganes en vuestras revistas favoritas. Estoy en todas partes. No os libraréis de mí. Dondequiera que miréis reina mi publicidad. Os prohíbo que os aburráis. Os impido pensar. El terrorismo de la novedad me sirve para vender vacío. Yo decreto lo que es Auténtico, lo que es Hermoso, lo que está Bien. Elijo a las modelos que, dentro de seis meses, os la pondrán dura. A fuerza de verlas retratadas, las bautizáis como Top-Models; mis jovencitas traumatizarán a cualquier mujer que tenga más de catorce años. Idolatráis lo que yo elijo. Cuanto más juego con vuestro subconsciente, mas me obedecéis. Si canto las excelencias de un yogur en las paredes de vuestra ciudad, os garantizo que acabaréis comprándolo. Creéis que gozáis de libre albedrío, pero el día menos pensado reconoceréis mi producto en la sección de un supermercado, y lo compraréis, así, solo para probarlo, creedme, conozco mi trabajo.
Vuestro deseo ya no os pertenece: os impongo el mío. Os prohíbo que deseéis al azar. Vuestro deseo es el resultado de una inversión cuyo importe está cifrado en miles de millones de euros. Soy yo quien decide hoy lo que os gustará mañana.
¿No resulta espantoso comprobar hasta que punto todo el mundo parece considerar normal esta situación?
¿Qué le voy a hacer si la humanidad a decidido sustituir a Dios por productos de gran consumo?
La publicidad consiguió que Hitler fuera elegido. La publicidad se encarga de hacer creer a los ciudadanos que la situación es normal cuando no lo es.
¿Sabéis cual es la diferencia entre los ricos y los pobres? Los pobres venden droga para comprarse unas Nike mientras que los ricos venden Nikes para comprar droga.
Los políticos ya no controlan nada; es la economía la que gobierna. El marketing es una perversión de la democracia: es la orquesta la que manda sobre el director. Son los sondeos quienes deciden la política, las encuestas las que hacen la publicidad, los «panels» los que eligen los discos que suenan por la radio, los índices de audiencia los que hacen la televisión.
El reino de la mercancía implica que esta mercancía se venda: tu trabajo consiste en convencer a los consumidores de que elijan el producto que se gastará más deprisa. Los industriales lo denominan programar la obsolescencia”.
Hasta aquí la cita, es iluminadora y al mismo tiempo abrumadora. El capitalismo y sus objetos caducos, no es tanto el problema como los efectos en la vida cotidiana para los sujetos, en cuanto los mismo devienen objetos de las deudas de la educción, del supermercado, de las grandes tiendas, porque ya no se trata solo de objetos del mercado, sino también las deudas mismas contraída son valorizadas y vendidas. Es la globalización y su arrasamiento de las particularidades, en que surge un nuevo sujeto, el consumidor, y la defensa del mismo con las agrupaciones de consumidores. Todos pueden consumir, incluso lo que no pueden pagar, porque compran vía crédito pagando varias veces el valor.

Sobre la salud mental
La definición de la OMS de salud mental: “estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.”
Una de las primeras cuestiones que surge como interrogante en esta definición, es la dimensión individual, en tanto se pone el acento en él, sustrayendo al contexto en que se inscribe, supone la adaptación y el aporte a la comunidad, a lo social. Como sabemos un contexto adverso puede enfermar, ejemplo de ello son las famosas enfermedades laborales, el exilio, un contexto político, económico, etc. Esta definición de salud mental se resta de la historia, y la posibilidad de situar efectos de la cultura, la economía, la política como adversas para una comunidad. No permite situar la historización de un sujeto con otros.
Claramente se sostiene en la idea de que el sujeto se oriente hacia un bienestar, la pregunta evidente es de qué bienestar se trata, qué o quién lo define. Pareciera ser que se trata del bienestar de la buena adaptación del individuo al ideal de la época. ¿Habría que orientar la clínica hacia ese ideal? ¿Orientar a los sujetos hacia lo que se supone como bien para todos? Cuando escribo esto pienso en la novela de Richard Yates “La vía revolucionaria”, un título sugerente y al mismo tiempo sarcástico, un pareja sueña con dejar la vida que llevan que al mismo tiempo es lo que se supone que toda familia quisiera alcanzar, un trabajo estable buenas remuneración, una joven y bella pareja, hijos, amigos, buenos vecinos, cierta sensibilidad artística, la casa más bonita del barrio. Sin embargo, se desencadena un sufrimiento larvado que termina en la muerte. Cómo entender que a pesar de vivir en este ideal cultural, todos iguales, para todos la misma satisfacción, el mismo tipo de vida, ese para todos fracasa.
Lo contemporáneo, como ya es sabido, en cuanto se ha hecho algo natural, y quizás ahí su efectividad, se sostiene en la lógica del consumo, lo individual, ideal de éxito personal, que encarna toda su potencia en lo que el psicoanálisis ha llamado superyo, y todo el sadismo que este comporta. El superyo, siempre quiere un poco más, empuja al goce. Mientras más terreno se le da más quiere avanzar. Lacan ha dicho que el único culpable es el que ha cedido en su deseo. Esto se extrae de la clínica actual y es muy fácil de encontrar, un deber gozar, algo de ideal del bienestar ligado al deber ser feliz, deber disfrutar. Una viñeta clínica de un paciente: Todos en su familia disfrutaban del viaje soñado a Estados Unidos, el viaje ideal para todo niño " yo sabía que tenía que disfrutar y no podía, se me venía la idea de que tenía que asombrarme, tenía que sorprenderme y me angustiaba.” Lo que esta viñeta nos enseña es: lo que es para todos, no necesariamente lo es para uno.
El “para todos” supone un problema para el psicoanálisis, el “para todos” implica una orientación por lo universal, supone el ideal, implica un pensamiento de la igualdad, que admite llevado a su extremo la lógica del pensamiento de lo totalitario, esto es, todo iguales, la anulación de la diferencia. El empuje contemporáneo del “todos iguales” “en el consumo” muestra su falacia, con la globalización, se encuentran efectos de segregación de aquellos que no participan del ideal de la época, y al mismo tiempo se les empuja a participar, cuando no están en igualdad de condiciones. ¿Qué nos enseña la clínica? El retorno de lo reprimido, un excedente, un resto que irrumpe, un incalculable, no sin consecuencias en tanto el retorno violento del resto excluido.
El psicoanálisis sospecha del “para todos” y sostiene una práctica del uno a uno, del caso a caso, lo que es salud para uno no lo es necesariamente para otro. El ideal del éxito, del bienestar, de la ausencia de conflicto, es un imposible. En este sentido el concepto de salud mental supone cierta homogenización, cierta adaptación, está al servicio del poder, del control y de las políticas públicas. Un ciudadano que camina bien por la calle, sin protestar, sin malestar, sin subjetividad. Un consumidor más. Un cuerpo en silencio. Aquí se puede ubicar la relación con las toxicomanías, el consumo de drogas, como consumidor consumido, un consumo hasta la muerte, desenganchado del Otro. Es interesante porque las adicciones tal como las conocemos ahora solo pueden surgir con el auge de la técnica y en una sociedad industrial.
Lo complejo es cómo pensar una práctica de la salud mental, es decir, un ejercicio clínico cuya ética, permita alojar algo del orden del deseo. Es posible constatar en las instituciones de salud mental, no en todas, pero las que se sitúan desde la lógica del “para todos iguales” como rechazan o expulsan pacientes que no se adaptan a los protocolos, los que no cumplen el perfil, a lo que no se les estima de “buen paciente”. Esto sumado a la economía de la salud mental basado en el ahorro de profesionales, ahorro de costos, complejiza la situación. Cómo crear instituciones que respondan a la lógica del deseo, que se situen como Otro barrado que permita alojar esa singularidad. Otro barrado es la posibilidad de producir una pregunta, dado que pregunta y deseo van de la mano. Es la falta en ser en el Otro lo que permite que aparezca el deseo. Cómo hacer instituciones donde el sujeto pueda hablar y no sea expulsado, porque algo en su existencia insiste, se repite y no se domeña.
Para finalizar, decir que no se trata de eliminar la Salud Mental, sino justamente hacer de ella un debate, algo inacabado, que no se agota en la estadística, ni en la pura técnica, en la tendencia actual de estar al servicio de la lógica del mercado para una mayor eficiencia. Fundamentalmente rescatar, poner en valor, la dimensión del desacuerdo como posibilidad de lo político. La salud mental como vimos no es una dimensión solo técnica, pone en juego esencialmente dimensiones políticas e ideológicas, de las cuales es imposible sustraerse, sin embargo, lo que sí es posible es poner en juego nuestro desacuerdo, y sostener lo que consideramos una ética de la diferencia, lo singular de cada sujeto como fundamento de la clínica.
Referencias
- Éric Laurent ¿Mental?
- Frédéric Beidberger “13,99 Euros”.
- Richard Yates “La vía revolucionaria”.

Texto presentado en el "IV Congreso Chileno de Psicología 2011. Sociedad y Equidad: Aportes desde la Psicología "

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miércoles, 9 de noviembre de 2011

Jornadas del Ceip.

Jornadas del Ceip.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Ciclo de Cine y Psicoanálisis Ceip